En la tranquilidad de la Sierra de Tramuntana, entre colinas cubiertas de verde, Valldemossa es un destino imprescindible para cualquier estancia en Mallorca. Cuando decimos que esta isla es algo más que mar, sol y fiesta, nos referimos a esto: un auténtico pueblo rural, donde perderse y relajarse entre callejones y casas de piedra adornadas con flores.
Valldemossa, además de ser un pueblo en el que se pueden visitar algunos monumentos de cierto interés, es uno de los destinos preferidos por los residentes, especialmente los de Palma, para merendar.
Entre edificios con las típicas paredes de piedra de color ocre y entre ventanas verdes que recuerdan las plantas esparcidas aquí y allá, la principal calle peatonal de Valldemossa es una sucesión de cafés y tiendas de souvenirs; es, sin embargo, en las callejuelas más recónditas donde se esconde la verdadera esencia de Valldemossa: antiguos lavaderos, pequeños talleres de artistas, pozos y, sobre todo, patios de ensueño. Se cree que el origen del pueblo es árabe: según la leyenda, fue un noble sarraceno llamado Mussa quien lo fundó, con el nombre de “Vall d’en Mussa“, convertido después, a lo largo de los siglos, en la actual Valldemossa. Leyenda o verdad, lo cierto es que los numerosos patios que se abren tras las puertas recuerdan a los famosos “patios” de origen árabe.
En definitiva, estamos ante un lugar mágico donde, hay que decirlo, el tiempo parece detenerse.
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Qué ver en Valldemossa para enamorarte
Al final de la calle principal, tras haber pasado sin problemas por bares y souvenirs de todo tipo, el paseo termina en la Placa Ramon Llull, el corazón del centro histórico. A pesar de ser un pueblo muy pequeño y de que Valldemossa es más bien un lugar para bajar el ritmo, relajarse y disfrutar del ambiente que se respira en el pueblo, hay varios puntos de interés que merecen una visita:
- Real Cartuja: es el símbolo de Valldemossa, el orgullo de los aproximadamente 2.000 habitantes del pueblo. Antiguo convento que albergó a varias comunidades clericales durante siglos, hoy es un museo donde se puede conocer la historia de Valldemossa y de uno de sus huéspedes más ilustres: Frederic Chopin, el gran compositor polaco que, en el invierno de 1883, se alojó en 2 celdas del monasterio con su compañera George Sand.
- Palacio Rey Sancho: en la misma Plaza de la Cartuja, este espléndido palacio con su entrada de arco apuntado te llamará la atención, especialmente por el patio que se vislumbra. Construido en 1309 por el rey Jaime II de Mallorca para que su hijo y heredero al trono, Sancho, pudiera encontrar alivio al asma que le aquejaba (sí, Mallorca tuvo su propia casa real ya que fue un reino independiente durante siglos), ha sido transformado y ampliado varias veces a lo largo de los siglos. La entrada cuesta unos pocos euros y se pueden admirar salas llenas de obras de arte. ¡Un tesoro realmente inesperado de Valldemossa!
- Miranda des Lladroners: detrás del Palacio Rey Sancho, continuando el paseo, se llega a este espectacular mirador. Desde aquí, puedes admirar la vista sobre las colinas de la Sierra de Tramuntana, la parte baja del pueblo y, en un día claro, extender la mirada hasta la ciudad de Palma
- Casa de Santa Catalina Tomás: no muy lejos del centro del pueblo se encuentra la casa natal de la única mallorquina proclamada santa por la Iglesia Católica, Catalina Tomás. Transformado hoy en día en una pequeña capilla votiva, este lugar es el principal punto de devoción de los habitantes de Valldemossa, quienes, como podrás comprobar al pasear por los callejones del pueblo, tienen todos pequeños azulejos pintados rigurosamente a mano que representan escenas de la vida de la santa, a la entrada de sus casas.
- Port de Valldemossa: como ocurre también en Sóller, Deià o Banyalbufar, los pueblos de las laderas de la Sierra de Tramuntana siempre han tenido acceso al mar, que generalmente se encuentra a pocos kilómetros del centro del pueblo. Sin embargo, sólo se puede llegar en coche, lo que supone unos 20 minutos de curvas cerradas. Una vez allí, podrás sumergirte y darte un baño en Sa Marina di Valldemossa en un entorno encantador, rodeado de montañas, pequeñas embarcaciones y antiguas casas de pescadores.
Dónde alojarse en Valldemossa
Normalmente Valldemossa es un lugar de paso, un pueblo donde se puede pasar un día agradable respirando el aire de la montaña, pero no es un lugar para quedarse. La proximidad a Palma y la escasa oferta hotelera de la zona no lo facilitan. Sin embargo, si quieres desconectar por completo y abandonar el estrés diario durante un tiempo, Valldemossa puede ser la solución ideal.

👉 Es Petit Hotel: pequeño hotel familiar, situado muy cerca del centro y con una espectacular terraza panorámica. Una garantía real.
👉 Marton Hotel: otra solución conveniente para los que quieren permanecer en el centro. El hotel está ubicado en una típica casa ocre de Valldemossa.
👉 Mirabò de Valldemossa: si prefieres un alojamiento rural de ensueño a un hotel en el centro, ¡esta es la solución perfecta! Acogedor, elegante y enclavado en plena Sierra de Tramuntana.
Cómo llegar a Valldemossa
En coche
Para llegar a Valldemossa puedes alquilar un coche y tardar unos 20 minutos desde Palma. Toma la Ma-1110, siguiendo las indicaciones hacia Valldemossa. Sigue recto, una vez que llegues a S’Arxiduc gira a la izquierda y habrás llegado. Aparcar gratis es prácticamente imposible: hay dos aparcamientos justo a la entrada del casco antiguo que cuestan alrededor de 1 euro por hora, así como varios espacios de pago a lo largo de las calles fuera del corazón del pueblo.
Si, por el contrario, tu no estàs llegando de Palma o eres un amante de las vistas fabulosas, entonces tómate tu tiempo, muévete despacio y toma el camino largo desde el sur por la larga carretera que atraviesa la Sierra de Tramuntana. Las curvas serán interminables, pero el paisaje y las vistas que verás serán realmente espectaculares.
A pie
En autobús
Valldemossa se encuentra en medio de la Sierra de Tramuntana y llegar a ella desde cualquier punto de la isla sin alquilar un conche es realmente frustrante, sobre todo en días festivos y fines de semana. Sin embargo, si sales de Palma y planeas una excursión de un día sin moverte entre los distintos pueblos vecinos, también puedes llegar a Valldemossa en autobús, tomando la línea 203 del TIB desde la estación de Plaza de España (puedes encontrar los horarios aquí). Puedes comprar tu billete directamente a bordo (pagando en efectivo directamente al conductor o con tarjeta de débito/crédito), o en la web de TIB. En unos 40/45 minutos estarás en Valldemossa, bajarás del autobús y pensarás: “¡wow!”.
Qué comer en Valldemossa
A menudo, en los días festivos, la plaza de entrada al pueblo acoge un pequeño mercado en el que se venden productos gastronómicos típicos de Mallorca: verduras, frutas (especialmente cítricos de la Sierra de Tramuntana) y la inevitable sobrasada. Si resiste a la tentación de un tentempié, adéntrate en el corazón del pueblo.
Empezamos a hablar de Valldemossa para ir allí a merendar, ¿no? “Merendar en Valldemossa es una de las cosas más típicas y auténticas que se pueden hacer, como si tu fueras un verdadero mallorquín. ¿Pero qué se come en Valldemossa? Simple: coca de patata, una auténtica droga! La coca de patata es un brioche que se ablanda con algunas patatas cocidas en la masa.
Su forma recuerda al brioche siciliano y, casualmente, en la merienda típica de Valldemossa se suele acompañar de granizado de almendra. En invierno, sin embargo, se acompaña de un chocolate caliente más clásico. Hay muchos bares y panaderías donde se puede probar, pero en nuestra opinión y por consejo de muchos mallorquines, la mejor es el de la panadería Ca’n Molinas.
Dicen que la mejor coca de patata de la isla está aquí, en este bar tradicional que esconde en su interior un pequeño jardín con mesas donde, por fin, se puede disfrutar de la típica merienda de Valldemossa con tranquilidad, a la sombra de los limoneros y naranjos de la Sierra de Tramuntana. No está tan mal, ¿verdad?
Pero, además de Can Molinas, hay otro lugar que debes probar en Valldemossa. Es el Quitapenas, sencillamente la taberna donde se come el mejor Pa Amb Oli de Mallorca (si no sabes de qué hablamos, lee el artículo Qué comer en Mallorca).
Un lugar de ensueño, en una antigua alquería de Valldemossa que ha conservado su aspecto tradicional. Igual de tradicional es la oferta gastronómica propuesta con varios tipos de Pa Amb Oli elaborados exclusivamente con productos locales. En una palabra: delicioso.